Las atarazanas de Sevilla: entre la construcción y la arquitectura

Autores/as

  • Antonio Barrionuevo Ferrer Dr. Arquitecto
  • Julia Molino Barrero Arquitecta Dpto. de Proyectos Arquitectónicos E. T. S. A. de Sevilla

DOI:

https://doi.org/10.3989/ic.2005.v57.i497.465

Resumen


Con frecuencia el arquitecto L. Kahn refería que la sala, entendida como forma habitable, era el elemento esencial de la arquitectura y que ésta consistía en “una asociación de salas”. Se podría afirmar que en las Atarazanas la sala toma forma de nave y que su arquitectura es básicamente el resultado de la yuxtaposición de diecisiete grandes naves de 100 m de longitud, 10 m de latitud y 10 m de altura, cuyas cubiertas fueron presumiblemente estructuras de madera análoga a las de las mezquitas.
Nuestra intervención se ha ceñido al conjunto formado por las siete primeras naves.
La primera se encaminó al descubrimiento integral del espacio, suprimiendo las diversas capas y texturas que lo fueron ocultando hasta conseguir la manifestación del espacio estructural.
La obra supuso un decidido primer paso para devolver la insólita espacialidad a esta construcción arquitectónica, de carácter escultórico, proponiendo que en una intervención futura se recupera una de las naves en toda su verdadera magnitud, retirando todo el relleno de la misma.
Una segunda intervención se orientó para su apertura a la visita pública. Esta obra nos permitió ensayar intervenciones y materiales que deben dotar al espacio estructural de los necesarios soportes para acondicionarlo a la habitabilidad genérica sea cual fuese su futuro destino.
La tercera intervención que propusimos y llevamos a cabo, se centró en la transformación de la antigua Fundición de Artillería en una nueva sala que denominamos “Sala Fundición Atarazanas”. El objeto del proyecto consistió en aclimatar el espacio, dotándolo, mediante una nueva cubierta adaptada, a las exigencias de confort climático, acústico y lumínico; y de unos cerramientos de los arcos que no mermaran la identidad de los mismos ni la continuidad perceptiva del conjunto.
Sevilla es un lugar de calor en verano y de humedad en invierno. Era necesario airear, ventilar y acondicionar con frío y calor la sala. El aire acondicionado de la sala se distribuye por la espina dorsal de la cubierta. El retorno bajo las gradas se conecta y hace funcionar de nuevo la vieja chimenea.
Estas nuevas formas, estos materiales de hoy que permiten la palabra y el silencio, el aislamiento y la continuidad, la contemplación y la actividad, deben ser aceptados por las Atarazanas de modo natural, y están propuestos desde la enseñanza que el propio edificio nos ha transmitido día a día desde su origen.
La cuarta intervención fue la reparación de la Buhardilla del Cuerpo de Cabecera.
Solucionar problemas esenciales, entender la verdadera entidad de las Atarazanas -entre la construcción y la arquitectura- y disponer el espacio para su uso, ha sido la constante guía de nuestras obras, y al abrirla al uso público se contribuye a su rehabilitación integral. Quizás sea ésta la razón principal de nuestro proyecto.

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Publicado

2005-06-30

Cómo citar

Barrionuevo Ferrer, A., & Molino Barrero, J. (2005). Las atarazanas de Sevilla: entre la construcción y la arquitectura. Informes De La Construcción, 57(497), 29–37. https://doi.org/10.3989/ic.2005.v57.i497.465

Número

Sección

Artículos