Revision of validity for the factor of safety (EHE-08) of the service life in structures under chlorides
Universidad de A Coruña (España)
e-mail: emilio.mosquera@udc.es
RESUMENEl objetivo de este artículo es la necesidad de revisar el coeficiente de seguridad de la vida útil propuesto en el anejo 9º de EHE-08. En concreto, para la corrosión por cloruros bajo ciertas condiciones, se observa que los valores son claramente escasos o inseguros. En la metodología empleada solo se pondera la vida útil de proyecto. El resto de las variables (concentraciones, coeficiente de difusión, etc.), tienen carácter determinista y no se les atribuye aleatoriedad o la tienen en cuenta de forma implícita; además sus valores pueden variar, lo que se conoce como falta de invarianza de las medidas de seguridad. En estas condiciones la seguridad puede no ser única cuando la determinación del nivel de seguridad debe ser un invariante. Se propone un coeficiente de seguridad en base a un determinado índice de fiabilidad (β) y un coeficiente de variación (CV), para una supuesta variable aleatoria (t). |
ABSTRACTThis paper presents a revision of the factor of safety of the service life suggested in the annex 9 of the Spanish Code on the Structural Concrete (EHE-08). The values in the results achieved in the particular case of corrosion by chlorides under certain conditions are clearly unsafe and not enough. The methodology used is similar to that of the security global method since only the service life of the project is considered. Any other variable (critical concentration, surface concentration, diffusion coefficient) is deterministic. The randomness can be implicit or not and the representatives values can vary which known as lack of invariance in the security measures. From the point of view of structural reliability, the level of security must be an invariant. This paper proposes a factor of safety based on a certain reliability index (β) and a coefficient of variation (CV) for a supposed random variable. |
Recibido: 24/10/2013; Aceptado: 07/07/2014; Publicado on-line: 17/07/2015 Citation / Cómo citar este artículo: Mosquera-Rey, E. R. (2015). Revisión de la validez del coeficiente de seguridad, propuesto por EHE-08, para la estimación de la vida útil de cálculo en estructuras de edificación sometidas a la acción de cloruros. Informes de la Construcción, 67(538): e082, doi: http://dx.doi.org/10.3989/ic.13.127. Palabras clave: Durabilidad; fiabilidad; metodología probabilisa; vida útil. Keywords: Durability; reliability; probabilistic methodology; lifespan. Licencia / License: Salvo indicación contraria, todos los contenidos de la edición electrónica de Informes de la Construcción se distribuyen bajo una licencia de uso y distribución Creative Commons Reconocimiento no Comercial 3.0. España (cc-by-nc). |
CONTENIDOS INTRODUCCIÓN Y PLANTEAMIENTOS INICIALES APROXIMACIÓN PROBABILISTA DE LA DURABILIDAD UTILIZACIÓN DE TÉCNICAS OPERACIONALES DE FIABILIDAD PARA LA ESTIMACIÓN DE COEFICIENTES PARCIALES |
1.1. Algo sobre la vida útil
En general, cualquier diseño de un proceso, requiere o exige la definición clara del final de la vida de servicio. Sin embargo, de las definiciones de las distintas normas (1), (2), (3) se determina el punto final en el tiempo pero no se llega a valores concretos y universales claros de las condiciones de deterioro de las propiedades del material. Los deterioros se suelen dividir en clases, por ejemplo: según su apariencia, según su función, según su seguridad, etc. (4), (5). En estructuras ejecutadas, la demanda de cumplimiento o requerimiento se conoce como vida residual (6), (7).
Desde el punto de vista de deterioro de una estructura de hormigón armado por efecto de la corrosión por cloruros se puede considerar:
En estas condiciones, el término de vida útil de proyecto se podría sustituir por el de durabilidad, en alusión a una cantidad de años medibles y cuantificables (1).
1.2. Verificación de la vida útil
El límite inaceptable de deterioro depende del tipo de elemento estructural y de las repercusiones sociales y económicas. Bajo ciertas condiciones se podría considerar como límite, el tiempo de despasivación del acero; y en otras condiciones: el inicio de la fisuración, el estallido, la pérdida de sección del acero, la pérdida de adherencia o la pérdida de capacidad portante, etc. (etapas) (7), (8). Paulo Helene, describe los principales métodos de análisis en base: a experiencias anteriores o en base a ensayos acelerados. Desde el concepto de las variables, los modelos pueden ser deterministas o probabilistas, básicamente, en función de la aleatoriedad de las variables. En los últimos años se han desarrollado múltiples modelos de penetración de cloruros y diseño de vida útil. Por destacar algunos significativos: C. Andrade (1994) enfoque esquemático en una etapa, Tang y Nilson (1994) modelo numérico en elementos finitos, Yamamoto (1995), Sarja y Versikari (1996) modelos deterministas y probabilistas, Metha (1997), Castañeda (1997), Najesh y Bishwajit (1998) difusión en hormigones saturados y no saturados, Liu y Weyers (1998) modelo empírico no lineal, Hansen y Saouma(1999) aplicación Abaqus, Hooton (2002) considerando el efecto del curado, Siemes y de Vries (2002) probabilísticos en cinco etapas, Rostam (2003) y A. Lindvall (2005) probabilísticos, Zhang (2006) considerando la etapa de iniciación, Castro-Borges y Helene (2007) esquemático hasta con siete etapas, Baroghel-Bouny, Thai Luang Nguyen (2008) modelo multinivel etc. (8). Un aspecto importante de los métodos basados en la difusión lo constituye la consideración de que ciertos valores sean variables o constantes en el tiempo por ejemplo Mangat, Uji, Mejlbro etc. Izquierdo (2003) en base probabilista sobre coeficientes parciales. Incluso se han propuesto modelos especulativos basados en técnicas Focus Group como el de J. Oliveira (2002). Contribuciones especiales por la trascendencia normativa son: Bentz (2008) Life-365, Siemes COWI (1999) DuraCrete (2000), Peter Schiessl y otros (2006) bulletin 34 fib Model Code etc. (9).
Con carácter general el modelo más difundido de predicción de vida útil es debido a Tuutti (1982), (3), (10), (11), (12).Ver Figura 1.
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Este modelo define dos períodos claramente diferenciados, el de iniciación y el de propagación. El primero está caracterizado por el tiempo de penetración de las sustancias agresivas medioambientales (CO2, Cl-, etc.) hasta alcanzar la despasivación de las armaduras. Este período de iniciación no presenta la corrosión en estado activo y su límite es claro en el caso de cloruros (una cierta concentración crítica en las armaduras).
El período de propagación es el tiempo desde la despasivación hasta un cierto grado de deterioro. Este segundo período es difícil de modelar y la velocidad de corrosión va a depender fundamentalmente de la disponibilidad de agua y oxígeno en la interfase acero/hormigón (8). El límite de deterioro estará asociado a un determinado tipo de estado límite (servicio/último), dependiendo del nivel de deterioro admitido, que estará asociado a su vez a un determinado índice de fiabilidad (o probabilidad de fallo). En caso de armaduras activas, este periodo no ha de ser considerado, tp = 0 (7), (13).
En estas condiciones la verificación de la vida útil para las estructuras de hormigón armado afectadas por cloruros en los ambientes IIIa hasta 500 m y IIIc, se caracterizan por tener una velocidad de corrosión alta, en términos generales entre 20 y 50 μm/año. Esto supone un periodo de propagación corto o poco significativo respecto de la vida útil.
Por todo lo anteriormente expuesto la mayoría de las predicciones de la vida útil de las estructuras se basan en estimar el período de iniciación a través de una metodología probabilista e índices de fiabilidad que podrían estar entre β = 1 y β = 1,5 (7), (13). Estimándose como más razonable β = 1,3 que proporciona una probabilidad de fallo Pf = 10 %
1.3. Aleatoriedad de la vida útil
Los fenómenos naturales son claramente aleatorios y su consideración como constantes en el tiempo provoca desviaciones importantes en los resultados. Por esta razón existe un amplio consenso internacional en la consideración del estado límite de despasivación como vida útil a través de un formato probabilista vinculado a niveles de fiabilidad en órdenes de fallo anteriormente expuestas (13).
La consideración probabilista supone la valoración de las incertidumbres que todo este proceso conlleva, (2), (14) por lo que cualquier estimación en términos semiprobabilistas con valores medios de las variables básicas, presupone probabilidades de fallo claramente indeseables.
El anejo 9 de EHE-08 considera el estado límite de durabilidad como un procedimiento de carácter semiprobabilista en donde estima la vida útil y la compara con la vida útil de proyecto. Este carácter obliga a que las variables utilizadas para la estimación sean características o nominales. Sin embargo al menos en 3 de las variables se puede cuestionar su carácter de valor característico.
Tabla 1. Valores probabilistas “Model Code” para: Distribución beta, m valor medio, s desviación estándar (13)
Hormigón | “n” exponente de edad |
---|---|
Cemento Portland CEM I; 0,40<a/c<0,60 |
Beta m = 0,3,s = 0,12 |
Cemento Portland con cenizas volantes K=0,5: I; 0,40<a/c<0,62 |
Beta m = 0,6,s = 0,15 |
Cemento con Humo de sílice CEM III/>B; 0,40<a/c<0,60 |
Beta m = 0,45,s = 0,20 |
Pues bien, cualquier cálculo efectuado con estos parámetros proporcionará una estimación media de la vida útil. Por tanto, toda la incertidumbre del proceso está confiada al coeficiente de seguridad propuesto por la normativa de valor 1,1.
1.4. Contenido inicial de cloruros, Cb
El contenido inicial de cloruros, aportados por la masa de hormigón, es un parámetro de carácter constante y uniforme, lo que le da una incidencia variable en el cálculo de los recubrimientos (15). En principio es un parámetro sobre el que es posible actuar desde el diseño del material. Es lógico pensar que si se quiere construir una estructura en un ambiente de exposición de cloruros, el diseño de la masa de hormigón debería contemplar una dosificación con un contenido mínimo de cloruros, por lo que este parámetro estaría controlado en el proceso de diseño del material.
Efectuados cálculos (9) para la situación pésima, la de ambiente con mayor concentración superficial de cloruros, y para contenido máximo de cloruros de 0,4 % en peso de cemento, la variación del recubrimiento es del orden del 25 al 30 % más que si el contenido de cloruros inicial fuese 0.
La conclusión se hace evidente y acorde con literatura especializada (7), que en el caso de situación de agresión importante, la concentración inicial se debe limitar por diseño del material y puede ser despreciada para el cálculo del tiempo de despasivación de la armadura.
En la realidad, a través de la experiencia profesional (9), se observa que no se comprueba, de forma sistemática, la concentración inicial de cloruros en la masa fresca del hormigón, ni por las centrales de fabricación de hormigón, ni por los laboratorios de control, por entender que es un parámetro con poca relevancia en el proceso. Sin embargo, es cuando menos sospechoso, el alto grado de corrosión no explicable por los procesos de difusión y un posible incumplimiento de la normativa.
2.1. Verificaciones Deterministas
A continuación se resumen los cálculos deterministas realizados (9).
Al objeto de comprobar la realidad anteriormente planteada y observar el comportamiento (con la metodología propuesta por el anejo 9º), respecto del recubrimiento de los distintos hormigones en los ambientes IIIa-500 y IIIc, con contenidos iniciales de cloruros, con valores extremos: Cb = 0,4 % y Cb = 0 % y bajo las siguientes condiciones:
Para el desarrollo de los cálculos se ha utilizado la aplicación informática Mathcad-14, (16) aplicación diseñada para la resolución productiva de problemas de ingeniería y presentación de soluciones. Permite combinar texto, matemáticas y gráficos en un único entorno de hoja de trabajo, visualiza, ilustra y verifica. Los resultados se muestran en las Figuras 2 y 3 las que se ilustran a continuación.
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Dónde:
CC: Vector de contenido de cemento en Kg/m3
A/C: Vector de relación agua-cemento.
d: Matriz de recubrimientos mínimos requeridos bajo las condiciones estudiadas en mm.
Ejemplo en Figura 2: Ambiente IIIa-500., Contenido inicial de cloruros: Cb = 0, Cemento CEM I
Representación de la matriz recubrimientos mínimos en Figura 3.
Las Figura 4 y 5 muestran los resultados numérico-gráficos de los cálculos desarrollados.
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Del mismo modo se realiza un estudio semiprobabilista para t = 50 años con el coeficiente de seguridad propuesto en el anejo 9º, γ = 1,1.
Como resumen de este análisis se presenta la siguiente Tabla 2, donde se observa la gran incertidumbre a la que pueden conducir tales cálculos.
Tabla 2. Análisis semiprobabilista – Vida útil 50 años, Tipo de Ambiente IIIa-500 – Condiciones Extremas
Tipo de Cemento | Condiciones de Dosificación | Recubri-miento mínimo estimado (mm) | Recubri-miento mínimos/ art.37 (mm.) | Tiempo necesario hasta la despasivación (años) |
---|---|---|---|---|
CEM I | Optimas | 11 | 45 | 13500 |
Pésimas | 31 | 45 | 240 | |
CEM II/A-V | Optimas | 9 | 45 | 32000 |
Pésimas | 23 | 45 | 780 | |
CEM III | Optimas | 4,5 | 25 | 51000 |
Pésimas | 12 | 25 | 980 |
Dosificación Óptima. Relación a/c=0,40 y cantidad de cemento = 400 kg/m3
Dosificación Pésima. Relación a/c=0,55 y cantidad de cemento = 300 kg/m3
A modo de resumen comparativo se presentan en la Tabla 3 los rangos de los recubrimientos según el ambiente y tipo de cemento.
Tabla 3. Resumen comparativo por años
50 años | ||
---|---|---|
Ambiente IIIa- 500m | Ambiente IIIc | |
CEM I | 1,1 a 3 cm | 4,4 a 7,3 cm |
CEM II/AV | 0,9 a 2,3 cm | 3,5 a 5,4 cm |
CEM III | 0,4 a 1,2 cm | 1,7 a 2,8 cm |
55 años | ||
Ambiente IIIa- 500m | Ambiente IIIc | |
CEM I | 1,1 a 3,1 cm | 4,5 a 7,5 cm |
CEM II/AV | 0,9 a 2,3 cm | 3,6 a 5,6 cm |
CEM III | 0,4 a 1,2 cm | 1,8 a 2,9 cm |
Como se puede observar las diferencias en los recubrimientos de 50 a 55 años son mínimas y no pueden representar la seguridad frente a las incertidumbres que presenta este proceso.
2.2. Verificación probabilista
Desde un punto de vista práctico, se han efectuado análisis numéricos probabilistas sobre valores obtenidos por los procedimientos deterministas anteriormente expuestos, para poder verificar los extremos anteriormente indicados (6), (13), (17), (18).
Se elige para cada tipo de ambiente (IIIa-500 y IIIc), un hormigón de relación a/c = 0,4, Contenido de cemento 350 kg/m3, tiempo 50 años y para cada tipo de cemento (CEM I, CEM II/A-V y CEM III), se recogen los recubrimientos deterministas y semiprobabilistas.
En tales condiciones se efectúan los cálculos probabilistas, primero para conocer, cual es la variabilidad de los supuestos y para obtener una probabilidad de fallo de aproximadamente entre 11 % y 13 %, con el recubrimiento semiprobabilista. Posteriormente y aceptando una variabilidad mínima de 10 % y probabilidades de fallo también en el orden anterior, estimar los recubrimientos necesarios, relacionándolos con los obtenido en el planteamiento determinista.
Las conclusiones resultantes de tales cálculos son las siguientes:
En la Figura 6, se representa un ejemplo de los análisis efectuados, donde se observa que:
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Por lo que comparando este valor con el determinista anterior: Rp/Rd = 1,44.
De forma análoga se ha analizado, dentro de cada ambiente y para cada tipo de cemento, estas razones, presentando el siguiente resultado:
Ambiente IIIa-500. |
CEM I, |
Coef. = 1,44 |
Ambiente IIIa-500. |
CEM II/A-V, |
Coef. = 1,53 |
Ambiente IIIa-500. |
CEM III, |
Coef. = 1,50 |
Ambiente IIIc |
CEM I, |
Coef. = 1,30 |
Ambiente IIIc |
CEM II/A-V, |
Coef. = 1,33 |
Ambiente IIIc |
CEM III, |
Coef. = 1,30 |
La vida útil, tL, evaluada a través de un modelo de despasivación de las armaduras, ha de ser superior a la vida útil pretendida, tg. Es decir: tL - tg >0.
En estas condiciones se trata de obtener un coeficiente de seguridad de vida útil, γ, de tal forma que permita hacer esta estimación por un procedimiento determinista o semiprobabilista (19), (20), (21).
La probabilidad de que la vida útil estimada sea menor que un determinado valor, tg, aceptando una distribución de probabilidades log-normal será [1]:
es decir:
Por lo que el índice de fiabilidad será [2]:
td: estimación de la vida útil de cálculo
tg: vida útil de proyecto
Para este tipo de distribución:
Por lo que sustituyendo [3] en [2] y operando:
Como
Tomando antilogaritmos:
Como valores referenciales, la especificación LNEC-E 465 (22), (23), (24), establece:
β = 1,5
Cov = 0,5
En estas condiciones la estimación del coeficiente de seguridad [4] para la ponderación de la vida útil se puede ver en las Figuras 7 y 8, donde se observa como varía respecto del índice de fiabilidad y coeficiente de variación. Para los valores referenciales, (22), (23), (24) anteriormente indicados en LNEC-E 465, el coeficiente se seguridad sería aproximadamente 2,3. Además se nota escasa dependencia, en términos relativos, del índice de fiabilidad, así para un índice de fiabilidad de 1,3 y coeficiente de variación 0,5 el coeficiente de seguridad es 2,1.
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Para conseguir un coeficiente de seguridad de 1,1 (el que establece la EHE-08), habría que aceptar un coeficiente de variación menor de 0,1. Valor claramente bajo que se corresponde con los análisis numéricos, sobre supuestos concretos, anteriormente indicados (apartado 2 de este artículo), tanto de forma probabilista como determinista.
Desde otro punto de vista, utilizando los factores de sensibilidad según la metodología FORM, tomada del anejo E de ISO 2394 (25) y considerando el tiempo de despasivación como una variable aleatoria se tendrían los siguientes valores:
Pues bien, si se considerase la variable como lognormal, y un fractil que caracteriza la variable del 10 %, el valor característico será:
con k = -1.282 para un fractil del 10 %
El valor de cálculo será:
Por tanto el coeficiente de seguridad será:
Aceptando como factor de sensibilidad α = -0,28 (según tabla E.3 Estandarización de α-valores, de ISO 2394) (25).
Bajo estas condiciones se presentan los resultados en las Figuras 9 y 10.
Figura 9. Relación entre el índice de fiabilidad y el coeficiente de seguridad para distintos coef. de variación. |
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Se observa prácticamente, la coincidencia de valores para el coeficiente de seguridad [7] en función del índice de fiabilidad y el coeficiente de variación.
Se hace más patente, que en el apartado anterior, la menor dependencia entre el índice de fiabilidad y el coeficiente de seguridad (para valores razonables de β, hay que pensar que se estaría ante un estado de servicio, β ≈ 1,1 a 1,5).
Por último, si se considera ahora una distribución de probabilidades de la variable como tipo Gumbel, [7] con las mismas condiciones anteriormente indicadas.
El valor característico será:
Y el valor de cálculo será:
En estas condiciones el nuevo coeficiente de seguridad será:
Estos cálculos se visualizan en las Figuras 11 y 12.
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Los resultados corroboran los anteriormente indicados, ahora el coeficiente se seguridad [10] para un índice de fiabilidad de 1,5 y un coeficiente de variación de 0,5 es de, aproximadamente, 2,5 (con los planteamientos anteriores 2,3) y además con este tipo de distribución, aun se hace menor la dependencia del índice de fiabilidad y altamente dependiente del coeficiente de variación.
La conclusión final se hace evidente. El valor de coeficiente de seguridad (1,1), propuesto por la norma EHE-08, para ponderar la vida útil nominal para estimar la durabilidad de un elemento estructural sometido a la acción de cloruros, es claramente escaso y por tanto, no puede ponderar las incertidumbres que presenta el proceso.
En este artículo se propone un coeficiente de seguridad entre 2 y 2,5 sobre todo si como parece, los valores propuestos para las variables básicas en el anejo 9º, son valores medios.
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