En este artículo se presentan algunos resultados de un proyecto de investigación que pretende la caracterización de los diferentes modelos que en España e Hispanoamérica evolucionaron de las casas de corredor para poder diseñar soluciones válidas que permitan la adaptación de los mismos a los criterios actuales de habitabilidad. En concreto se presentan los resultados de la caracterización en base a: periodo de construcción; geometría y forma de los edificios y geometría del patio, de 286 corralas madrileñas del barrio de Embajadores y de 213 ciudadelas del Centro Histórico de La Habana.
Como consecuencia del estudio se han encontrado grandes coincidencias en ambos modelos, por lo que se concluye que se trata un modelo tipológico característico de los barrios populares antiguos con una presencia tan alta que resulta imposible explicar la trama urbana sin considerar su papel de «relleno» de las manzanas.
In this article, some of the results obtained from an investigation aiming to characterize the different models that in Spain and Spanish America developed from original “corridor houses” are presented. This research aims to design valid solutions allowing the adaptation of these houses to habitability current criteria. Specifically, results obtained from the characterization resulting from: date of building, dimensions and shape, and type of the yard and its relationship with corridors in 286 “corridor houses” in Embajadores neighborhood, in Madrid, and 213 so called “ciudadelas” inside the Historic Centre in Havana, are presented.
As a conclusion, great coincidences have been found in both of the models. So that, it can be said that this is about a typological model, characteristic of ancient and popular neighborhoods, with such a high presence that it turns out impossible to explain the urban weave without considering their fundamental role in “filling” blocks.
La casa de corredor (en sus diferentes formas y denominaciones) es el resultado de la adaptación y evolución de diferentes modelos arquitectónicos y sociales provenientes de las distintas culturas que confluyeron en la península ibérica a lo largo de su historia y que se adaptaron a las necesidades y circunstancias que se dieron en diferentes lugares, culturas y épocas.
Todos estos modelos tienen una raíz primigenia común en la casa-patio original de las culturas mediterráneas clásicas (la casa-patio griega y posteriormente, la villa romana), y anteriormente en la casa-patio de la antigua Mesopotamia (
La evolución de la casa-patio fue sustancialmente diferente en la cultura cristiana y la musulmana, adquiriendo características propias de cada cultura tanto en la propia concepción formal y funcional de la casa como en la de la ciudad.
El modelo de casa-patio romana se difundió en toda la meseta norte, utilizándose en la repoblación que siguió a la reconquista, pero fusionándose con la concepción de vivienda y ciudad musulmana que, en distinto grado se había materializado ya en la mayor parte de pueblos y ciudades de España. Encontramos así dos modelos de vivienda que están claramente diferenciados: la casa rural castellana, que conserva la tradición visigoda, y la casa musulmana andaluza, como adaptación de los modelos de vivienda de la arquitectura originaria musulmana a la simbiosis de culturas propias del sur de la península.
Es precisamente el modelo procedente de esta fusión el que se exporta al continente americano.
Son varias las características principales que perdurarán de los dos modelos que se fusionan:
De la casa patio castellana (
De la herencia musulmana queda patente la configuración cerrada de la trama urbana, donde la casa se cierra al exterior, y sin embargo vuelca al interior toda la expresión cultural de las gentes que la habitan (fiestas, celebraciones, ornamentación), dotando a éste modelo de una gran capacidad de supervivencia en el entorno agresivo que suponían las ciudades medievales
Así pues, las casas de corredor resultan de una perfecta simbiosis entre la estructura y forma del modelo de casa patio clásica, y el proceso de agrupación comunal en torno al espacio común (y privado) que representa el patio.
La casa de corredor ha tenido un gran éxito en todas las culturas, en las que siempre ha existido un profundo sentimiento de protección de la intimidad familiar (lo privado) frente a la calle y la ciudad (lo público), sobre todo cuando el entorno próximo de la casa es potencialmente agresivo, o cuando el entorno socio económico propicia su adopción como modelo residencial popular.
Así, aparece este modelo con denominaciones diferentes pero con una morfología similar: en Madrid o en Sevilla, denominándose
En este artículo se presentan algunos de los resultados de un proyecto de investigación que pretende la caracterización de los diferentes modelos que en España e Hispanoamérica evolucionaron de las casas de corredor para poder diseñar soluciones válidas que permitan la adaptación de los mismos a los criterios actuales de habitabilidad. En concreto, en el proyecto de investigación expuesto en este trabajo, hasta este momento, se ha documentado de manera precisa y exhaustiva la casa de corredor madrileña y la ciudadela de La Habana (
Para dar respuesta a los objetivos planteados fue preciso inventariar una muestra suficiente de edificios que respondiesen a esta tipología, tanto en Madrid como en La Habana.
En primer lugar se delimitó para ambos casos un área geográfica que permitiese asumir el trabajo de toma de datos, sin perder por ello la representatividad de la muestra.
Una vez delimitadas las zonas de actuación, se llevó a cabo la caracterización de los edificios atendiendo al periodo de construcción, a las relaciones existentes entre su organización espacial y el tamaño y forma del solar en el que se ubica, y a las relaciones geométrico-funcionales existentes ente patio y los corredores.
Los datos utilizados proceden de la información generada en el «Estudio tipológico, constructivo y estructural de las casas de corredor en Madrid»
Para ello, se cumplimentó una ficha de inventario, cuyos datos se trasladaron a una base de datos
Fecha de construcción del edificio.
Ubicación geográfica del edificio.
Superficies del solar, del patio, edificada, etc.
Datos geométricos y morfológicos del edificio.
Por último, con los datos obtenidos se realizó una comparativa entre los dos modelos (Madrid-La Habana) mediante el programa
En Madrid, se estudiaron, en el primer trabajo
En el caso de La Habana, se trabajó sobre la base de varios inventarios especializados, realizados entre 1979 y 2010, para la identificación de las ciudadelas
Los resultados globales en las ciudadelas habaneras y en las corralas madrileñas estudiadas son los que se muestran en las
Superficie de La Habana Vieja | 142,51 Ha | Sup. Media solar: 311,01 |
Nº de edificios registrados | 213 | |
Total superficie de solares | 66.243,76 m2 | |
Total superficie de patios | 9.798,59 m2 | |
Total superficie edificada S/R | 124.923,72 m2 | |
Nº total de viviendas | 3.246 | |
Superficie cons. tot. de viviendas | 125.168,94 m2 |
Superficie Distrito Centro | 523,08 Ha | Sup. Media solar: 360,50 |
Nº de edificios registrados | 286 | |
Total superficie de solares | 103.120 m2 | |
Total superficie de patios | 18.770 m2 | |
Total superficie edificada S/R | 374.914 m2 | |
Nº total de viviendas | 7.053 | |
Superficie cons. tot. de viviendas | 285.231 m2 |
No obstante, para profundizar en el estudio, en adelante se acotó su ámbito, reduciéndolo al barrio de Embajadores, que contiene el 60 % de las corralas del distrito Centro y cuyas características sociológicas y superficie se acercan más a las de La Habana Vieja (
Habana Vieja | Embajadores | |||
---|---|---|---|---|
Total | Media (/213) | Total | Media (/86) | |
Sup. solar | 66.227,1 m2 | 310,9 m2 | 31.255,3 m2 | 360,4 m2 |
Ocupación media | 82,2 % | 82,3 % | ||
Sup. patio | 9.902,7 m2 | 46,5 m2 | 5.665,7 m2 | 65,9 m2 |
Sup. Edif. S/R | 126.602,9 m2 | 594,4 m2 | 36.921,1 m2 | 429,3 m2 |
Nº total Viv. | 3.238 | 15,2 | 2.388 | 27,8 |
Sup.Constr. viviendas | 84.871,6 m2 | 398,5 m2 | 87.269,1 m2 | 1.014,8 m2 |
Sup. Media de vivienda | 26,2 m2 | 36,6 m2 |
De la mera comparación de estos datos se puede concluir que, para un tamaño de solar y una ocupación media semejantes en ambos casos, el número medio de viviendas en las ciudadelas habaneras representa el 54,74 % y la superficie media construida el 39,27 % respectivamente de los totales de las corralas madrileñas. Es decir, la densidad de población usuaria de esta tipología edificatoria es algo más del doble en el caso madrileño que en La Habana Vieja, lo que se explica por la diferencia de alturas edificadas, como se verá más adelante.
Atendiendo al periodo de construcción, las ciudadelas que aún persisten en La Habana Vieja se edificaron, en su gran mayoría, entre 1825 y 1938, dato que coincide sensiblemente con el obtenido en los estudios de referencia sobre las corralas, tal y como se puede constatar en la
En el plano actual del La Habana Vieja con la situación de las ciudadelas estudiadas grafiadas según su periodo de construcción, se observa una distribución bastante homogénea sin una distinción clara por años de construcción, conclusión lógica si se tiene en cuenta que la fisonomía actual de la trama urbana del casco histórico quedó prácticamente consolidada a finales del siglo
En lo que respecta a las corralas del madrileño barrio de Embajadores, la distribución de edificios construidos en diferentes épocas es igualmente bastante homogénea, aunque se concentran sobre todo en la franja que se edificó originariamente durante la segunda mitad del s.
No obstante, no puede olvidarse el hecho de que la consolidación completa del barrio de Embajadores se produce en torno a 1800, y que es allí donde se ubican la mayor parte de las corralas madrileñas. Ello parece indicar que seguramente las corralas no fuesen edificios de nueva planta, sino producto de ampliaciones sucesivas de casas de corredor anteriores de menor altura (casas con huerto trasero típicas de los arrabales)
Por todo ello, y teniendo en cuenta la antigüedad de ambos tipos de casas de corredor, se puede afirmar que en la mayoría de los casos se trata bien de reedificaciones o bien de ampliaciones, sobre antiguos edificios existentes, tanto en altura como en fondo edificado
En ambos casos, la mayoría de los edificios cuentan ya con una antigüedad de entre 110 y 150 años, lo que en el precario caso habanero perjudica aún más su estado de conservación.
Se muestran a continuación los gráficos porcentuales comparativos de ambos tipos de edificaciones relativos a su superficie, grado de ocupación, superficie edificada sobre rasante y al número de plantas tanto en fachada a calle como a patio.
En la
Es importante reseñar que el 78,8 % de las ciudadelas y el 65,5 % de las corralas, están edificadas en solares de menos de 400 m2 y de estas más de una tercera parte lo están en solares menores de 200 m2.
En la
Ciudadelas: viviendas | Nº total viviendas | Infraviv. x superficie | Infraviv. x vent/ilum. | ||
---|---|---|---|---|---|
Porcentajes/ total viv. | Sup. Media infraviv. | Porcentajes/ total viv. | Sup. Media infraviv. | ||
Interiores | 2.395 | 73,5% | 18,1 m2 | 21,3% | 22,6 m2 |
Exteriores | 843 | 31,8% | 19,8 m2 | 6,5% | 41,9 m2 |
Interiores | 1.602 | 52,0% | 21,3 m2 | 18,8% | 22,6 m2 |
Exteriores | 797 | 12,8% | 22,7 m2 | 8,9% | 41,9 m2 |
Estos valores tan altos son consecuencia directa del proceso de implantación de esta tipología edificatoria en la trama urbana, mediante la colmatación de los espacios interiores de las manzanas para obtener una mayor superficie destinada a viviendas.
Los datos de la
En la
En general, tanto en las ciudadelas, como en las corralas, cuando se detecta una planta más con fachada a patio, suele ser porque se trata de una edificación agregada con posterioridad, a causa del proceso de densificación del centro histórico.
Estudiando los datos obtenidos también se comprueba que las alturas más frecuentes en las ciudadelas habaneras son de 1, 2 y 3 plantas, mientras que las corralas madrileñas presentan 4 o 5 plantas en la mayoría de los casos, lo que corrobora la causa de la mayor densidad de población en Embajadores.
Estos datos, unidos a los de los altos índices de ocupación de los solares anteriormente indicados, pueden dar una idea del bajo nivel de iluminación de sus viviendas interiores.
La
Por último y considerando la caracterización del patio, cada edificio presenta patios de corredor de diversas formas, tamaños y ubicaciones dentro de la parcela que ocupan, representando en su conjunto un amplio repertorio de adaptaciones funcionales.
En la
A | B | C | D | E | F | G | H | I | Otros | |
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
6,1 % | 10,3 % | 28,6 % | 43,7 % | 0 % | 0 % | 0,5 % | 0,9 % | 1,4 % | 8,5 % | |
4,7 % | 5,8 % | 54,7 % | 29,1 % | 0 % | 1,1 % | 0 % | 0 % | 0,2 % | 4,4 % |
De ellos, sólo el tipo
Del resultado de la clasificación por tipos de patio de las ciudadelas y corralas inventariadas, recogido en la
Por ello podemos considerar éstas formas de patio como las más representativas de las casas de corredor (
Basándose en el estudio de los datos mostrados en la
Patio de iluminación y ventilación.
Acceso a las viviendas interiores.
Los tipos de patio
Existen casos en los que la forma y ubicación del patio no se asemejan a ninguno de los tipos descritos, y por lo tanto se considerarán como casos especiales y se engloban bajo la denominación
Un 69,67 % de las parcelas habaneras presenta una geometría regular, entendiendo como tal aquellas de planta aproximadamente rectangular, con ángulos de 90° ± 10° en los vértices. En el caso de los solares del barrio de Embajadores, este resultado es del 51,18 %. Así, se puede determinar que la geometría de las parcelas de La Habana Vieja es, en la mayoría de los casos, más regular que la de las del barrio madrileño de Embajadores, circunstancia ésta debida a una trama urbana cuasi ortogonal, a diferencia de la trama madrileña formada por las típicas manzanas alargadas de barrios extramuros, con casas de pequeño frente y huerto trasero. Al fin y al cabo, el trazado de ciudades en ultramar se distinguió, desde el principio, por la adopción de una trama
Pese a que la consolidación completa del barrio de Embajadores se produce en torno a 1800 y que las ciudadelas que aún persisten en La Habana Vieja se edificaron, en su gran mayoría, entre 1825 y 1938, se han encontrado grandes coincidencias en ambos modelos, como:
Una elevada densificación, lo que conlleva a un importante nivel de infravivienda debida tanto a la baja superficie de las viviendas como a una insuficiente ventilación e iluminación.
Una cierta homogeneidad en el tamaño y la ocupación media de los solares.
Un modelo de patio de corredor altamente representativo, y que caracteriza el origen y evolución de éste tipo de edificios, y que permite una doble función:
Patio de Iluminación y ventilación.
Acceso a las viviendas interiores.
El modelo original de patio, centrado en la parcela, es el predominante cuando el ancho del solar lo permite, surgiendo como una adaptación el adosado a una medianería, cuando el ancho es insuficiente para poder ubicar viviendas a ambos lados del patio.
En cuanto a las diferencias cabe destacar que la geometría de las parcelas de La Habana Vieja es habitualmente más regular que la geometría de las del barrio madrileño, así como que las alturas más frecuentes en las ciudadelas habaneras son de 1, 2 y 3 plantas, mientras que las corralas madrileñas presentan 4 o 5 plantas en la mayoría de los casos, lo que hace que la densidad de población sea algo más del doble en el caso madrileño que en La Habana Vieja.
En definitiva, se puede concluir que se trata, por tanto, de un modelo tipológico característico de los barrios populares antiguos, y como consecuencia, aplicable tanto a la Habana Vieja como al barrio madrileño de Embajadores y que su presencia es tan alta que resulta imposible explicar la trama urbana sin considerar las ciudadelas o las corralas, fundamentalmente por su papel de «relleno» de las manzanas.