La regeneración de los grandes conjuntos de vivienda social construidos en las décadas de 1950, 1960 y 1970 se ha convertido en uno de los grandes retos que la ciudad tendrá que afrontar en los próximos años. Una de las causas de su obsolescencia es la inadecuada adaptación de sus tipologías de vivienda a los requisitos y expectativas de la sociedad contemporánea. El objetivo principal de este estudio es avanzar en el conocimiento de estas tipologías para poder intervenir eficazmente sobre ellas. Con este propósito se han analizado 42 bloques lineales proyectados entre 1950 y 1983 en Andalucía occidental. El estudio incluye tres fases de análisis: 1) clasificación de las viviendas en grupos reconocibles; 2) identificación de las distribuciones más utilizadas, y 3) análisis de sus características dimensionales y programáticas básicas. Todo esto permite establecer una caracterización de la vivienda social en bloque lineal que puede servir de referencia para futuras intervenciones de regeneración.
A main challenge that cities will need to face in the next few years is the regeneration of the social housing estates built during the decades of 1950s, 1960s and 1970s. One of the causes of their obsolescence is the mismatch between their housing typologies and the contemporary needs. The main target of this study is to contribute to take a step forward in the understanding of these typologies to be able to intervene on them efficiently. With this purpose, a study on 42 linear blocks built in Spain between 1950 and 1983 in western Andalusia has been carried out. The analysis includes three stages: 1) classification of the houses in recognizable groups; 2) an identification of the most used spatial configurations and 3) definition of their programmatic and size characteristics. As a result, a characterization of linear blocks is proposed as a reference model for future regenerative interventions.
Se ha convertido en lugar común de reflexión urbana hablar de los procesos de obsolescencia como atributos de la ciudad contemporánea. Se puede situar en la crisis del petróleo de 1973 el punto de partida de la primera oleada de obsolescencia, la que afectó a los tejidos productivos e industriales
En España la obsolescencia residencial nos remite, principalmente, a los polígonos de vivienda protegida construidos en las décadas de 1950, 1960 y 1970
Efectivamente, los problemas que pueden identificarse en estos conjuntos son numerosos y de muy distinta naturaleza
En concordancia con lo que autores como García Vázquez señalan
Una cuestión fundamental para el éxito de los procesos de regeneración urbana es, por tanto, evaluar qué grado de desactualización tienen estas viviendas en aspectos como superficie, programa y composición. Se comprueba, sin embargo, que no son abundantes las monografías que se interesan por las características tipológicas de la vivienda masiva construida en España durante los años de posguerra
La variedad tipológica en los polígonos de vivienda social no es abundante. Por el contrario, se puede decir que convergió hacia unos prototipos perfectamente determinados, guiados, principalmente, por las exigencias de las normativas y por los condicionantes económicos que los promotores, públicos y privados, imponían a los proyectos
La investigación se ha basado en el análisis de 42 bloques lineales proyectados en Andalucía occidental entre 1950 y 1983. Para la recopilación de los casos de estudio se han consultado 10 archivos de las ciudades de Cádiz, Córdoba, Huelva, Jerez y Sevilla
Nuestra hipótesis de partida es aquella enunciada por Ignacio Paricio para la construcción de vivienda masiva en España
En total se han identificado 34 bloques de tres dormitorios y 8 de cuatro dormitorios. Los análisis estadísticos incluidos en el análisis tipológico se centran exclusivamente en las viviendas de tres dormitorios dado que el 81 % de los bloques están compuestos exclusivamente por este tipo de vivienda. De igual forma, cuando en un polígono existen viviendas con distinto número de dormitorios, las más abundantes son las de tres.
La metodología incluye el dibujo de las plantas originales de los proyectos. El estilo utilizado es el propuesto en la monografía «Vivienda Colectiva en España. Siglo
En el apartado de conclusiones se realiza una caracterización genérica de la vivienda social en bloque lineal que puede servir de modelo de referencia para futuras intervenciones de regeneración urbana.
En este apartado se desarrolla el análisis tipológico de 42 bloques lineales proyectados en Andalucía occidental entre 1950 y 1983. Inicialmente se realiza una clasificación de las viviendas en tres grandes grupos según la relación existente entre la zona de día (estar-cocina) y la zona de noche (dormitorios) de la vivienda. Estos grupos se definen como Tipo 1, Tipo 2 y Tipo 3. Posteriormente, para cada Tipo (1-3) se define la
Se define este tipo de vivienda como aquel en el que existe una dependencia de la zona de noche y la de día, es decir, para acceder a la zona de noche desde la entrada hay que atravesar la circulación entre estar y cocina. 17 casos del total de 42 analizados corresponden a este tipo (40,48 %).
La
Se identifican tres
La menor profundidad de bloque hallada en este tipo es de 6,90 m (
A partir de 7,50 m de profundidad es posible reconocer viviendas que disponen de núcleo húmedo, es decir, sitúan de forma contigua la cocina y el aseo. De las cuatro viviendas que así lo hacen, dos tienen profundidades cercanas a los 7,50 m, y dos próximas a los 8,50 m. Estas diferencias dimensionales tendrán su traducción espacial en la organización de la vivienda. Las dos primeras (
Las dos segundas (
Una vez superados los 9 m de profundidad todas las viviendas recurren a la distribución definida como
Todas las viviendas que alcanzan los 10 m de profundidad tienen superficies superiores a los 75 m2. Esta profundidad imposibilita la composición de viviendas de pequeñas superficies, pues resultarían demasiado profundas. Suelen encontrarse terrazas asociadas a cocinas y salas de estar. Desde el punto de vista estructural esta profundidad supone un punto de inflexión al aparecer por primera vez la triple crujía (
Se concluye que la
En la
Caso | Año de proyecto | Superficie construida (m2) | Profundidad bloque (m) | Anchura bloque (m) | Factor de forma | Estructura porticada | Estructura muros | Núcleo húmedo |
---|---|---|---|---|---|---|---|---|
1A | 1961 | 63,00 | 7,00 | 18,00 | 2,6 | sí | no | |
1B | 1958 | 53,13 | 6,90 | 15,40 | 2,2 | sí | no | |
1C | 1962 | 58,50 | 7,50 | 15,60 | 2,1 | sí | sí | |
1D | 1961 | 79,95 | 7,50 | 21,32 | 2,8 | sí | sí | |
1E | 1961 | 53,98 | 8,50 | 12,70 | 1,5 | sí | sí | |
1F | 1962 | 56,50 | 8,37 | 13,50 | 1,6 | sí | sí | |
1G | 1980 | 63,00 | 9,00 | 14,00 | 1,6 | sí | no | |
1H | 1968 | 64,80 | 9,00 | 14,40 | 1,6 | sí | no | |
1I | 1981 | 85,35 | 10,00 | 17,07 | 1,7 | sí | sí | |
1M | 1960 | 72,00 | 8,00 | 18,00 | 2,3 | sí | no | |
1P | 1981 | 80,50 | 10,00 | 16,10 | 1,6 | sí | no | |
1Q | 1964 | 58,33 | 7,10 | 16,43 | 2,3 | sí | no | |
1R | 1969 | 76,30 | 10,00 | 15,26 | 1,5 | sí | no | |
30,9 % | 66,56 | 8,37 | 15,98 | 2,0 | 85% | 15% | 38% |
Porcentaje de viviendas de tres dormitorios de Tipo 1 respecto al total de la muestra.
Los bloques presentan una gran variedad de profundidades, encontrándose dimensiones de 6, 7, 8, 9 y 10 m en número parecido. La profundidad media, 8,37 m, es, como después se comprobará, notablemente superior a la de los otros dos tipos descritos. Se puede afirmar que la profundidad condiciona la distribución interna de la vivienda en este tipo. A pesar de existir excepciones, se demuestra cómo a partir de los 8 m las viviendas tienden a adoptar la distribución característica.
La anchura de la edificación presenta una gran dispersión, encontrando pocos casos para muchas dimensiones. La anchura más repetida es la de 15 m en 3 ocasiones.
La estructura está compuesta en un 85 % de los casos por pórticos de hormigón armado, únicamente un 15% de los bloques recurren a muros de carga.
La presencia de núcleo húmedo es rara para este tipo. Solamente en un 31 % de los casos cocina y aseo aparecen unidos.
En la muestra todos los bloques de viviendas de cuatro dormitorios tienen profundidades pequeñas cercanas a los 7,5 m, por lo que para incorporar el cuarto dormitorio deben desarrollarse en anchura, alcanzando dimensiones de 20 y 21 m. Cuando la superficie de la vivienda es pequeña se posiciona la cocina y el estar próximos a la entrada y los dormitorios reunidos en torno a un distribuidor al fondo (
Se define como aquella vivienda en la que se puede acceder a la zona de noche sin atravesar la circulación estar-cocina. 7 casos del total de 42 analizados corresponden a este tipo (16,67 %).
La
La menor profundidad hallada en la muestra para este tipo es de 6,65 m (
Al alcanzar los 8,50 m de profundidad (
El bloque de mayor profundidad en este tipo recurre nuevamente a la distribución característica (
La
En la
Caso | Año de proyecto | Superficie construida (m2) | Profundidad | Bloque (m) | Anchura |
Factor forma | Estructura porticada | Estructura muros | Estructura mixta |
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
2A | 1963 | 65,52 | 7,80 | 16,80 | 2,2 | sí | sí | ||
2B | 1960 | 55,66 | 6,65 | 16,74 | 2,5 | sí | sí | ||
2C | 1961 | 64,00 | 6,75 | 16,60 | 2,5 | sí | sí | ||
2D | 1961 | 54,95 | 8,50 | 12,93 | 1,5 | sí | sí | ||
2E | 1950 | 77,31 | 8,76 | 17,65 | 2,0 | sí | sí | ||
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11,9 % | 63,49 | 7,69 | 16,14 | 2,1 | 20 % | 60 % | 20 % | 100 % |
Porcentaje de viviendas de tres dormitorios de Tipo 2 respecto al total de la muestra.
Las anchuras se mantienen constantes en una dimensión próxima a los 17 m. Esta medida permite disponer seis dormitorios de tres metros de forma consecutiva. Sólo un caso propone una anchura de bloque inferior de 13 m (
En la muestra existe un número mayoritario de casos que recurren a la estructura de muros de carga. Sin embargo, aquellos que mejor se adaptan a la distribución característica recurren a la estructura mixta o porticada.
En el 100 % de los casos registrados aparece el núcleo húmedo formado por cocina y aseo. En el 80 % se incorpora una terraza lavadero.
Se encuentran en la muestra dos formas de resolver viviendas de cuatro dormitorios en este tipo. Una estará asociada a bloques de pequeñas profundidades de 7 u 8 m, y la otra a bloques que alcancen entre 10 y 12 m.
La primera surge como modificación directa de un bloque que contenga viviendas de tres dormitorios. Manteniendo una pequeña profundidad, la solución consiste en prolongar la vivienda en anchura (
La segunda opción consiste, por el contrario, en mantener la anchura y aumentar la profundidad (
Se define como aquella vivienda en la que la zona de noche está desagregada, es decir, hay que atravesar la circulación estar-cocina para llegar a algunos dormitorios de la vivienda, pero a otros no. 18 casos del total de 42 analizados corresponden a este tipo (42,85 %).
La
Se identifican tres
La menor profundidad de bloque hallada en este tipo es de 6,00 m (
Viviendas de mayor profundidad pueden incorporar un pasillo que asuma las funciones de distribuidor y permita formalizar el salón (
Se identifican dos variantes que evitan este tránsito. La primera (
Al alcanzar los 6,70 m de profundidad se encuentran dos ejemplos que recurren a la distribución característica. Incorporan, como novedad, una terraza lavadero que complementa el núcleo húmedo (
Una distribución poco común en este tipo (
A partir de los 8,00 m de profundidad se identifican casos que ensayan la
Se concluye que la
En la
Caso | Año de proyecto | Superficie construida (m2) | Profundidad bloque (m) | Anchura bloque (m) | Factor de forma | Estructura porticada | Estructura muros | Estructura mixta | Núcleo húmedo |
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
3A | 1959 | 57,12 | 6,80 | 16,80 | 2,5 | sí | sí | ||
3B | 1955 | 51,00 | 6,00 | 17,00 | 2,8 | sí | sí | ||
3C | 1953 | 54,75 | 7,30 | 15,00 | 2,1 | sí | sí | ||
3D | 1960 | 57,00 | 7,50 | 15,20 | 2,0 | sí | sí | ||
3E | 1961 | 60,00 | 6,00 | 20,00 | 3,3 | sí | sí | ||
3F | 1953 | 47,00 | 6,70 | 14,03 | 2,1 | sí | sí | ||
3G | 1957 | 54,40 | 6,80 | 16,00 | 2,4 | sí | sí | ||
3H | 1958 | 73,83 | 6,90 | 21,40 | 3,1 | sí | no | ||
3I | 1950 | 72,00 | 8,00 | 18,00 | 2,3 | sí | sí | ||
3J | 1955 | 72,00 | 8,00 | 18,00 | 2,3 | sí | sí | ||
3K | 1967 | 71,75 | 8,20 | 17,50 | 2,1 | sí | sí | ||
3M | 1960 | 48,00 | 6,40 | 15,00 | 2,3 | sí | sí | ||
3N | 1962 | 63,74 | 6,64 | 19,20 | 2,9 | sí | sí | ||
3P | 1954 | 54,28 | 7,41 | 14,65 | 2,0 | sí | sí | ||
3Q | 1967 | 70,03 | 7,45 | 18,80 | 2,5 | sí | sí | ||
3R | 1960 | 88,41 | 9,37 | 18,87 | 2,0 | sí | sí | ||
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38,0 % | 62,21 | 7,22 | 17,22 | 2,4 | 25% | 19% | 56% | 94% |
Porcentaje de viviendas de tres dormitorios de Tipo 3 respecto al total de la muestra.
La reducida profundidad media también apunta en ese sentido. La medida más repetida es la de 6 m, en un 50 % de los casos. Se deduce que este tipo también se adapta bien a pequeñas profundidades.
La distribución de las anchuras de bloque presenta una gran dispersión. Se identifican dimensiones desde los 14 hasta los 21 m. El caso más repetido se sitúa en los 15 m en un 18,8 % de los casos.
Parece existir una singular tendencia a incorporar estructuras mixtas en este tipo de bloque. Frente al 19 % de estructuras de muros de carga o al 25 % de pórticos de hormigón, la combinación de muros en fachada y pilares intermedios representa el 56 % de los casos.
El núcleo húmedo también toma protagonismo en este tipo. Una única vivienda sobre 16 desliga aseo y cocina. El 94 % de casos restantes confían en la unión de ambas estancias.
De todos los proyectos analizados en este tipo solamente dos se conforman como bloque lineal de cuatro dormitorios. El primero de ellos responde a la distribución definida como característica, el segundo introduce algunas variaciones (
Se comprueba que la vivienda en bloque lineal se construye mayoritariamente en las décadas de los cincuenta y sesenta. Una vez comenzada la década de los setenta su uso decae fuertemente. De los 42 casos analizados en esta investigación, 36 (85,7 %) son edificados antes de 1970, mientras que sólo 6 (14,3 %) se enmarcan dentro del período que abarca desde 1970 a 1983. Se pueden aportar dos razones para explicar la disminución progresiva del uso del bloque lineal durante el período de estudio. La primera apuntaría a cuestiones de naturaleza estrictamente económica. Una vez superadas las incertidumbres iniciales en la construcción de polígonos, los grandes promotores inmobiliarios, públicos y privados, buscaron una mayor rentabilidad económica para sus actuaciones. Dos eran los parámetros fundamentales a considerar: la reducción del valor del suelo y la disminución de los costes de construcción. No tardó mucho en contemplarse el aumento de la altura de la edificación como una posible solución que satisfacía ambas exigencias. Aumentar el número de plantas se traducía, necesariamente, en la instalación de ascensores para dar servicio a las viviendas
Teniendo en consideración las limitaciones expresadas en la metodología, esta investigación permite presentar una caracterización genérica de la vivienda social en bloque lineal construida en Andalucía occidental entre 1950 y 1983.
De acuerdo con el análisis tipológico realizado, puede afirmarse que la distribución más habitual de la vivienda es aquella definida como Tipo 3 (42,85 %) También son comunes los esquemas organizativos que responden al Tipo 1 (40,48 %). Las viviendas de Tipo 2 (16,67 %) pueden considerarse casos excepcionales. Es significativa, no obstante, la presencia mayoritaria de viviendas de Tipo 3 en la década de 1950 frente a otras décadas, y su progresivo desuso a lo largo del tiempo. Una posible razón para este fenómeno puede hallarse en la idoneidad de este tipo de viviendas para programas de baja categoría y economías muy reducidas
Dada la gran representación en la muestra analizada de la vivienda de tres dormitorios (81 %) se ha considerado que este programa es el que define a la vivienda genérica. A continuación se describen sus características fundamentales.
La superficie media es de 64 m2 construidos, y está compuesta por un dormitorio principal (10 m2), dos dormitorios secundarios (6-8 m2), una sala de estar (14 m2), una cocina independiente (5 m2), un aseo (3 m2), un lavadero (1,5 m2) y una terraza (1,5 m2), las zonas de distribución se reducen a un mínimo vestíbulo de entrada y, dependiendo del tipo, cuentan con distribuidor o pasillo en la zona de noche.
La cocina y el baño aparecen mayoritariamente unidos formando el núcleo húmedo de la vivienda y se sitúan, preferentemente, próximos a la entrada. En contextos de economías muy reducidas, la solución de situar contiguos el baño y la cocina es, ante todo, una medida de ahorro económico y de simplificación de la construcción. Efectivamente, puede comprobarse cómo durante los años 1950, los más duros desde el punto de vista económico, el 81,8 % de las viviendas de tres dormitorios apuestan por esta configuración, decayendo su uso progresivamente hasta que, en 1980, sólo lo hace un 40 %. Debe señalarse, de igual forma, que en las viviendas definidas como Tipo 2 y Tipo 3 existe un alto porcentaje de casos donde se encuentra núcleo húmedo, 100 % y 94 %, respectivamente. Por el contrario, las viviendas del Tipo 1 suelen prescindir de ellos y sólo aparecen en un 31 % de casos.
La estructura más común de los bloques que contienen viviendas de tres dormitorios es de pórticos de hormigón armado (47 %) frente a las de tipo mixto (29 %) o de muros (24 %). Bien es cierto que ningún bloque perteneciente a la década de 1950 incorpora este tipo estructural. Es a partir de 1960 cuando se extendió su utilización en la construcción de polígonos. Se ensaya mayoritariamente la doble crujía y, excepcionalmente, en la década de 1980 se recurre a la tercera crujía estructural. En general, la vivienda es más ancha que profunda, sin embargo, esta relación tiende a invertirse a medida que avanza el siglo, reduciéndose la dimensión de la fachada y aumentándose la profundidad. La dimensión media entre ejes estructurales se sitúa en los 3,6 m, y la medida más repetida es la de 3 m. Puede comprobarse cómo, con la mejora de los sistemas constructivos y el creciente uso de los pórticos de hormigón armado, se aumenta progresivamente el tamaño medio de las crujías.
En esta investigación se ha intentado demostrar cómo la definición de la profundidad y la anchura del bloque supone, en la mayoría de ocasiones, la única decisión proyectual relevante para la arquitectura de la vivienda social en bloques lineal construida en España en la segunda mitad del siglo
En este sentido es significativa la limitada variedad de soluciones encontradas en una muestra que abarca 42 conjuntos en un período de tiempo de 33 años. Si bien es cierto que pueden identificarse proyectos que escapan a una categorización estricta según los tipos definidos, la gran mayoría de casos responden ejemplarmente a alguno de ellos. Es por esto que se puede decir que la homogeneidad y la simplificación son dos señas de identidad en el proyecto de bloque lineal.
Tres son las razones que pueden explicar la pobreza de soluciones. En primer lugar es necesario recordar los estrictos límites económicos a los que la vivienda pública debía hacer frente a mediados del siglo
En conclusión, esta investigación ha permitido categorizar en grupos reconocibles las viviendas en bloque lineal construidas en Andalucía occidental entre 1950 y 1983. Ha descrito sus características principales, ha definido sus variaciones tipológicas y ha identificado los casos más repetidos. Este tipo de análisis pueden ser de gran utilidad de cara a actuar con mayor criterio sobre estos barrios. Tres son los aspectos a considerar.
En primer lugar, abundar en el conocimiento de las tipologías arquitectónicas de los polígonos nos dará información relevante para valorar mejor su grado de desactualización respecto a la realidad sociocultural contemporánea. En este sentido, conocer las características dimensionales de las viviendas es un dato fundamental para saber si satisfacen los mínimos estándares habitacionales actuales. De igual forma, abordar el estudio de sus programas permitirá reconocer cómo se adaptan a las formas de convivencia más abundantes en nuestra sociedad: hogares unipersonales, parejas sin hijos, etc. Así mismo, el análisis de la organización de la vivienda nos dará pistas sobre carencias de tipo funcional, particularmente referidas a nuevos fenómenos, como el del teletrabajo, o su nivel de adaptación a grupos hasta hace poco olvidados por la vivienda social como el de los ancianos o los jóvenes. Además, permitirá comprobar qué nivel de respuesta tienen las viviendas frente a conceptos centrales para el habitar contemporáneo como el de la flexibilidad o frente a la perspectiva de género.
En segundo lugar, estudios de este tipo pueden ayudar a simplificar los procesos de renovación urbana. Reconocer cuáles son las tipologías de bloques más extendidas y las configuraciones de viviendas más comunes en una ciudad se revela determinante a la hora de afrontar la regeneración de los polígonos en la medida en que unos pocos casos de estudio pueden ser altamente representativos del conjunto y, por lo tanto, las soluciones a adoptar podrán ser fácilmente extrapoladas.
Por último, y como consecuencia de lo anterior, estas investigaciones pueden contribuir a mejorar los criterios que las administraciones y organismos públicos aplican para seleccionar las áreas de intervención. Si se asume que las tipologías arquitectónicas son uno de los principales factores de obsolescencia de los polígonos, su adaptación debe contemplarse como una de las metas fundamentales de tales procesos y, por ello, deben priorizarse las actuaciones en los conjuntos más desactualizados y abundantes.
Creemos que la obsolescencia tipológica es una de las cuestiones centrales que deben ser abordadas en los procesos de renovación de los polígonos residenciales construidos en España en las décadas de 1950, 1960 y 1970. Ahondar en su conocimiento permitirá afrontar su regeneración en mejores condiciones.
Esta investigación ha sido financiada por la Universidad de Sevilla a través de un contrato predoctoral del V Plan Propio de Investigación. Teresa Blázquez, Mónica Martínez y el equipo Refaviv hicieron el trabajo de archivo gracias al cual este estudio ha podido ser realizado.
Los polígonos fueron resultado de diversos planes de vivienda. Entre los más destacados: Plan Nacional de la Vivienda 1944-1954, Planes de Vivienda Tipo Social, Plan Sindical de la Vivienda, Plan Nacional de Vivienda 1955-1960, Planes de Urgencia Social y Plan Nacional de la Vivienda 1961-1976.
Los archivos consultados fueron: Archivo Municipal de Cádiz, Archivo Histórico Provincial de Cádiz, Archivo de la Diputación Provincial de Córdoba, Archivo Histórico Provincial de Córdoba, Archivo Municipal de Córdoba, Archivo Municipal de Huelva, Archivo Municipal de Jerez, Archivo FIDAS, Archivo Histórico Provincial de Sevilla y Archivo Municipal de Sevilla.
El Plan Nacional de Vivienda de 1955 programa la misma cantidad de viviendas en estas cuatro provincias que en Madrid y superaba en número a las de Barcelona.
Las normativas solían limitar su uso. En el caso de Viviendas de Renta Limitada sólo se autorizaba el 20 % de viviendas con dos dormitorios cuando el régimen era en propiedad. De igual forma, en la Ley de Viviendas de Tipo Social sólo se permitían los dos dormitorios en un 5 % de los casos si el barrio contaba con más de 100 viviendas.
La altura máxima permitida para viviendas de renta limitada sin ascensor era de 14 m y la altura mínima por planta 2,50 m.
Son éstas las más construidas en los primeros años cincuenta. De las 550.000 viviendas programadas por el Plan Nacional de Vivienda para el período 1955-1960, 225.000 correspondían a categorías inferiores: de Tipo Social (50.000), Tercera Categoría (175.000) y Segunda Categoría (100.000).