En Madrid perviven numerosas casas con estructura de entramado de madera, con catalogación
Many houses with a timber frame structure, catalogued with a Structural or Integral level of protection, have been preserved in Madrid. However, this construction system of internal timber-framed load-bearing walls and two-layer facade walls is barely known. The discovery and analysis of old inns projects with unpublished graphic and written information to date (1669-1798), and the reconstruction of their constructive detailing will explain this typology, from the first wooden skeletons filled with masonry, until the beginning of the metal structures. The Posada del Peine, the oldest preserved, and with the oldest plan including the timber posts in walls reveals the origin and development of this construction system, the modification of the original building (1616-1863) and its subsequent extension (1891-2). The developed methodology demonstrates its validity to study similar historical constructions, existing literature is complete with main features, and errors in the references found are solved.
La construcción de edificios históricos con entramado de madera se extendió por todo el mundo con características diversas; entre otros,
Se cree que estas primeras construcciones de entramado se generalizaron a partir del siglo XVII
Sin embargo, a pesar de que los edificios en Madrid eran en su mayoría de entramado
El origen de la construcción con entramado de madera está aún poco estudiado, debido en parte a la escasez de edificios antiguos conservados, así como a la poca información disponible. La relevancia de la documentación gráfica y escrita descubierta se convierte en el detonante de esta singular investigación. Pretende, en primer lugar, localizar, datar y analizar los edificios más antiguos construidos con entramado de madera en Madrid, y en especial las posadas (1495-1900). A continuación, se estudian algunos casos singulares, demolidos o conservados, realizando el levantamiento de los planos y detalles constructivos más relevantes, y mostrando las originales fachadas de ‘doble hoja’ construidas con albañilería por el exterior y una hoja entramada por el interior. Finalmente, se recorre en detalle el proyecto de la Posada del Peine, que incluye el plano más antiguo con muros entramados dibujados, mostrando las fases de su construcción y resolviendo los errores en las actuales referencias. Sirve de base para continuar llenando el vacío constructivo y bibliográfico existente en este campo y abre la posibilidad de nuevos estudios similares.
La primera fase recoge información sobre el origen de la construcción con entramado de madera en Madrid. A continuación, se realiza una toma de datos cuyo resultado es un inventario de las posadas conservadas, con especial atención a las consideradas más antiguas. En paralelo al trabajo de campo se desarrolla una fase de documentación en el Archivo Villa de Madrid (AVM) y en el Archivo Histórico de Protocolos de Madrid (AHPM). Sus resultados han conducido al descubrimiento de tres edificios singulares con descripción de su construcción y sobre los que se fundamenta este artículo: una casa en la c/ S. Miguel (1669) del Arquitecto Fray Lorenzo de S. Nicolás, una Posada en la Cava Baja (1724), ambas demolidas, y la Posada del Peine, la más antigua construida y conservada.
El primer obstáculo detectado es que muchos edificios han sido demolidos. Junto a ello, en los expedientes de solicitud de licencia de obras (1494-1900), todas las construcciones particulares se registran como ‘construcción de casa’, con independencia de su fecha o uso
Se consideraban
Las primeras edificaciones que recoge la bibliografía existente son casas palacio, en su mayoría de fecha desconocida o no consta expediente original de su construcción, entre otras: casa de los Lujanes (1460-1490), casa de Iván de Vargas (1560-1590), demolida recientemente, Doctor Letamendi (1610-1625) y Rollo (1610-1630)
El plano de Texeira (1656) lleva asociado un manuscrito, comenzado en 1625 y terminado en 1668, que recoge la visita y tasación de todas las casas de la Corte (1625-1632)
En 1661 Torija publica las primeras Ordenanzas de Madrid, sin mencionar requisitos específicos para la construcción de posadas. En 1716 se regulan las condiciones del alojamiento de los viajeros, siendo más indicaciones de uso o pagos a las arcas reales que de construcción
Sin duda existieron muchas en los arrabales de la ciudad, y aunque conservadas, entre otras, la Posada del Peine, la Posada de la Villa, la Posada del León de Oro, La Posada de S. Isidro, La Posada de S. Antonio, la Posada de S. Pedro y la Posada de la Parra, su datación y construcción son todavía desconocidas. Por el contrario, sí están documentadas otras tardías, la Posada del Dragón (1858) y la ampliación de la Posada del Peine (1891-2)
Según se constata en publicaciones anteriores
La singularidad de esta construcción en esquina, demolida tras la apertura de la Gran Vía, reside en la descripción del sistema constructivo de ‘doble hoja’ utilizado en los muros de fachada, el más antiguo encontrado
En la planta principal, con 15 pies de altura (4.5m), el muro se construye con ‘dos hojas’, una
En los muros de los patios se sienta un sillar de media vara (42cm) de lecho y media vara (42cm) de alto, quedando los cimientos a esa altura; y encima se colocan verdugos y pilares. Los entrevigados se hacen con yeso y cascote, como en las impostas. Colocado el forjado de la planta baja, continúa el muro de 2 1/4 pies (35cm) de espesor con verdugos y pilares. Finalmente, se colocan las armaduras con buhardillas en ambos lados para iluminar los desvanes. Los Aleros del patio principal, patinejo y patio de caballerizas son de cuartón común (15.7cm x 12.2cm) de media vara (42cm) de vuelo con su talón, tabica y cobija, sobre solera de madera de a ocho (15.7cm x 12.2cm). Los aleros de la calle se colocan sobre solera de cuarta y sesma (21cm x 14cm) moldada y canes de cuarta y sesma que vuelan media vara (42cm) y pasan todo el grueso de pared; sobre dichos canes se coloca media vigueta (21cm x 14cm), la moldura con su tocadura, tabica y cobija, todo clavado.
El análisis constructivo de la Cava Baja, con numerosas posadas, ha conducido al descubrimiento excepcional del plano de planta baja de una posada construida en 1724, el más antiguo localizado,
Esta posada ‘corrala’ situada entre medianeras, con 40 pies (12m) de frente y 49 (14.50m) de fondo, tiene una crujía en fachada de 15 pies (4.50m) con dos piezas a ambos lados del zaguán. Sus crujías interiores se organizan en torno a un patio central con un pozo, única fuente de luz y ventilación de las 3 piezas para caballerizas distribuidas en su perímetro, con crujías de 9 (2.70m) y 11 pies (3.30m). La escalera, con dos tramos de 4 pies (1.12m), desembarca en un corredor hacia las habitaciones, en número y distribución desconocidos.
La organización estructural y el dimensionado de los elementos principales sigue los patrones de las antiguas construcciones de poca altura
La Posada del Peine, en el Barrio de Santa Cruz, está considerada la más antigua de Madrid. Se compone de dos edificios en esquina unidos por un acceso común. El más antiguo, de cuatro alturas, tiene sus fachadas a dos calles estrechas, San Cristóbal y Marqués Viudo de Pontejos, antigua Vicario viejo. El moderno, de cinco, se sitúa en una plazuela entrando a la Plaza Mayor, en un ensanchamiento de Postas.
Algunos escritos, sin evidencias, refieren su fundación por Juan Posada en 1610. El primer documento gráfico existente es el plano impreso por De Witt (1622). Por entonces, las manzanas no están completamente edificadas, aunque se intuye el trazado de S. Cristóbal y Vicario viejo, muy estrechas comparadas con Postas o S. Jacinto, ya trazadas en 1759. Si la referencia es correcta, cabe preguntarse si la Posada del Peine estaba en otro sitio próximo o si es un error del plano. No extraña el interrogante, de hecho, el Archivo de la Villa se crea en 1603 y, aunque Madrid tenía entonces unas 7000 casas, sólo una del entorno aparece registrada
En 1759 comienza el
Según se ha descubierto, en 1779 se levantan los planos del Mesón del Peine para realizar su tasación
Los muros de carga tienen soluciones constructivas diferentes. La fachada es de mampostería con un espesor de 2 1/4 pies (65cm) en su planta baja y 1 ¾ (49cm) en la principal y segunda, y tiene un ritmo de hueco y macizo de 3 (0.9m) y 11 pies (3.10m) respectivamente. Las traviesas, que organizan la planta baja en crujías paralelas a Vicario viejo, son entramadas de 1 pie (28cm), excepto dos muros interiores de 2 1/4 pie (65cm), extrañamente gruesos. En plantas superiores, la fachada reduce su espesor hasta 1 ¾ pie (49cm) y las traviesas, todas de ¾ pie (21cm), alternan su disposición con crujías paralelas a ambas calles. Las medianeras tienen un espesor constante de 1 pie y los tabiques son de ½ pie. Hay un patinillo (3.30 x 1.20m), un tragaluz (3.60 x 1.80m) y dos patios con corredores en voladizo, similares a las posadas de la Cava Baja. Las líneas de puntos marcan una estructura desordenada que abre nuevas incógnitas.
En 1796 se registra la solicitud de tira de cuerdas para
Su construcción, con muros de mayor espesor que los originales, consiste en una cimentación de 3 ¾ pies (1.05m) de espesor hasta enrasar con la calle, sobre ésta un zócalo de cantería con un retallo de ½ pie (14cm) por el exterior y 1/4 pie (7cm) por el interior, y dos hiladas descubiertas en el punto más alto y cinco en el ángulo. El resto de la fachada y los arcos de los huecos se levantan con fábrica de albañilería, y sin umbrales ni entramados de madera. El muro tiene un espesor de 3 pies (84cm) en el piso bajo y decrece 1/4 de pie (7cm) por el interior en cada planta, hasta recibir los aleros con 2 ½ pies (70cm).
En 1863 Miguel Espino, propietario de la casa, solicita licencia para levantar el piso 3º o cuarta planta, y reformar una de las fachadas, mejorando la disposición de los huecos existentes y su aspecto exterior
La fachada a Vicario Viejo requería una mayor intervención. Su piso segundo o tercera planta era también de poca altura y los cuatro huecos de planta baja eran pequeños y, como los del piso principal y segundo, estaban mal distribuidos. Además, las habitaciones, incluso las de la vía pública, tenían poca luz y ventilación. La reforma consistió en aumentar el número de huecos abriendo otros intermedios con mochetas y arcos de fábrica de ladrillo, de análogas dimensiones a los ya existentes. Se consiguió alinear los huecos y macizos de puertas y ventanas del piso bajo y de éstas antepechadas con el principal y demás pisos. También se levantó de fábrica el tercer piso y se ataron los aleros de las dos fachadas. Queda registrada la inscripción de ‘casa posada’ en su entrada.
En el interior se mantiene la organización estructural con crujías paralelas a ambas fachadas, patios y patinillos, la puerta de acceso en quiebro y el amplio zaguán con los pies derechos exentos. Los muros de traviesa, medianeros y muros de patios, así como forjados de madera se mantuvieron y pervivió como sistema constructivo dominante hasta 1900
Según la documentación gráfica descubierta, el análisis constructivo realizado y los planos dibujados, la construcción que incluye los números 3 y 5 podría entenderse como el núcleo original del Mesón (1610)
En 1891 se acometen las obras de ampliación con una nueva casa
Las crujías se levantaron dejando un patio central para iluminación y ventilación. Todos los muros de sótanos, en traviesas y en medianeras, se realizaron con fábrica de ladrillo; en los pisos bajo y principal apoyaban sobre columnas de fundición, y en el resto eran entramados y tabicados. Los pisos se construyeron con vigas de hierro forjados con botes, guarnecidos con cielo raso y entarimados y solados por la parte superior. Los entramados oblicuos o armaduras se realizaron con piezas de hierro, entablados y recubiertos de zinc. La nueva escalera era de ojo a la francesa, con barandilla de hierro y pasamanos de caoba,
Las fachadas se construyeron con pilastras de cantería en el piso bajo y principal y sobre éstas una imposta moldada de fábrica de ladrillo. En el frente de los machos, pilastras y medallones entre los pisos y la faja donde apoya el alero se colocó de fábrica de ladrillo fino. Se incluyeron elementos estructurales y decorativos en hierro: el alero y sus ménsulas de apoyo; el antepecho de la azotea con pilares de fundición sobre los machos; el recuadro de los huecos de balcón moldado en relieve; y el balconaje, apoyado sobre palomillas de hierro decorado. Parte de la fachada está decorada con azulejos de dibujos y el resto pintado al óleo.
Los expedientes conservados (1494-1900) apenas explicaban la construcción, además el vacío documental gráfico existente a nivel de planta, al sólo exigirse las trazas del alzado, imposibilitaba el análisis constructivo. El expediente de la casa construida en la c/ S. Miguel (1669) describe por primera vez la construcción del muro de fachada con ‘doble hoja’: albañilería por el exterior y entramado por el interior. Así mismo, los planos de la Posada del Peine (1779)
La fachada era el único elemento constructivo considerado de importancia y, en consecuencia, para solicitar la tira de cuerdas, debía aprobarse el alzado. Las casas descritas, entonces de poca altura y solidez suficiente, no requerían de mayor inspección o control. La derogación de la Regalía de Aposento (1788) con el consecuente aumento de altura de las construcciones, el incendio de la Plaza Mayor (1792) y las posteriores ordenanzas, condujeron a nuevas reformas: muros más gruesos para casas más altas, prohibición de entramados de madera (
Estudiar los sistemas constructivos de las casas conservadas en Madrid es una tarea compleja, dado que se generalizaron las licencias para completar la máxima altura permitida, repetir el ritmo de huecos en todas las plantas y sustituir las ventanas antepechadas por balcones,
El sistema constructivo de entramado de madera se generalizó en todas las estructuras interiores: verticales, horizontales e inclinadas. Hacia 1880 se introducen las primeras estructuras de hierro: los muros entramados de madera en planta baja y principal son sustituidos por columnas de fundición y vigas de hierro; los forjados de madera dan paso a los de vigueta de hierro con botes cerámicos en cocinas y baños, manteniéndose en el resto los de madera; y muy lentamente, las antiguas estructuras de par e hilera y de par y picadero ceden paso a las nuevas cubiertas de hierro con cobertura de madera y zinc
La investigación, además de ser compleja en sí misma por la escasez de datos, la dificultad de acceso a los expedientes y el vacío documental gráfico comprobado, se ha visto perjudicado desde su inicio por la confusión de documentos y los errores en las referencias bibliográficas. De hecho, el expediente más antiguo que registra la existencia de un Mesón
Otro obstáculo es la inexistencia de numeración de las casas anterior a 1759. En 1835 se abandona el antiguo sistema de manzanas y asientos y se instaura el actual de números pares e impares, promovido por el Marqués Viudo de Pontejos. Quizás ahí tenga su justificación el error de la Guía de Arquitectura de Madrid que considera demolido el edificio original de la Posada del Peine y data su construcción en 1857. Ese expediente se corresponde con la construcción de 3 casas de 5 alturas, en la manzana nº200
La Posada del Peine, con protección integral, es la más antigua conservada y la rehabilitación con la recuperación de su uso original (2002), la convierten en el hotel más antiguo de Madrid. En la Cava Baja se han conservado muchas otras, la mayoría con protección
La construcción con entramado de madera en Madrid, aun siendo un tema de reconocido interés internacional, carecía de estudios rigurosos de detalle. El exhaustivo trabajo de documentación realizado junto con el análisis de los edificios conservados, que incluye el dibujo de sus detalles constructivos, pone al descubierto por primera vez la tradición constructiva de los muros de fachada de ‘doble hoja’, una exterior de albañilería y otra interior de entramado de madera. Junto a ello, se constata nuevamente la generalización de la construcción con entramado de madera en el interior. Además, el descubrimiento de los planos de la Posada del Peine y su posterior análisis han determinado: su existencia antes de 1626, la construcción anterior a 1668, el contrato de explotación como mesón (1779), las primeras modificaciones (1796), y la intervención con el aumento de altura del edificio existente (1863). La investigación además resuelve las confusiones y errores en las referencias encontradas sirviendo de modelo para realizar el análisis constructivo de otros edificios todavía desconocidos.